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31.1.11
apartamos la vista
Estaba quieta, podía pasar perfectamente por una estatua si no fuera porque su mano derecha no paraba de hacer trazos sobre un papel. Sus ojos, que apenas dejaban entrever que había una mente lógica tras ellos, parecían dos hondos pozos castaños que invitaban a sumergirse en ellos; su boca, curvada en una sonrisa por defecto, transmitía una profunda sensación de soledad.
Toda ella era digna de ser observada detenidamente, pero nadie la veía, miraban, traspasándola, nadie se fijaba en las comisuras de sus labios o en el maquillaje azul de sus ojos...
Eso no es extraño, pasa muy a menudo, tenemos personas increíbles delante de los ojos, y apartamos la vista..
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